Antón Aubanell es un compañero de Barcelona que el pasado enero se jubiló de la docencia en las aulas, aunque muchos confiamos que no lo haga en su magisterio del buen enseñar matemáticas por otros medios.
En su última clase, rodeado de alumnos y amigos, leyó la siguiente "Carta a quien comienza en el oficio de enseñar matemáticas", que deja constancia de su gran categoría como docente y como persona. Amablemente nos ha autorizado a publicarla:
En su última clase, rodeado de alumnos y amigos, leyó la siguiente "Carta a quien comienza en el oficio de enseñar matemáticas", que deja constancia de su gran categoría como docente y como persona. Amablemente nos ha autorizado a publicarla:
Querido amigo, querida amiga:
¡Estás empezando en una profesión en la que puedes ser muy feliz! Enseñar matemáticas puede ser una de las aventuras más apasionantes de tu vida. Tendrás el privilegio de transmitir a otras personas algunos de los conocimientos más formidables que ha creado el ser humano, los ayudarás a que descubran su belleza interna, el encanto de sus retos y su utilidad para analizar, interpretar y prever el mundo que nos rodea.
¡Estás empezando en una profesión en la que puedes ser muy feliz! Enseñar matemáticas puede ser una de las aventuras más apasionantes de tu vida. Tendrás el privilegio de transmitir a otras personas algunos de los conocimientos más formidables que ha creado el ser humano, los ayudarás a que descubran su belleza interna, el encanto de sus retos y su utilidad para analizar, interpretar y prever el mundo que nos rodea.
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